domingo, 16 de mayo de 2010
ORFEO
ORFEO EL CEÑUDO
Se dice que todas las mañanas ascendía al monte Pangeo para cantar a Helio,
identificado con Apolo, Dionisio, celoso y arrebatado, indujo a las Ménades
a que le dieran muerte. Y así sucedió: lo despedazaron y en su saña esparcieron los miembros por doquier. La cabeza, arrojada a las aguas del río Hebro, siguió cantando,
y flotaba sobre las breves ondas que la arrastraron al mar.
LLegó hasta las costas de Lesbos, donde movidas por la piedad, las musas erigieron una tumba y un oráculo.
Ramiro Lucea: Rapsoda
Marc Blanes: Melódica
Raúl Lucea: Arpa
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El castigo de los antiguos Dioses siempre fue severo y desproporcionado al mal realizado por los hombres. En el sometimiento al castigo encuentra el hombre su redención.
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