domingo, 16 de mayo de 2010
Mimosa
Qué quieres que te diga exageradamente mimoso
si cuando salgo de casa tu presencia me acompaña;
si cuando doblo la esquina te encuentro de cara
si cuando me miro al espejo me atraviesa tu mirada.
Qué le voy a hacer si no encuentro palabras
lo suficientemente exageradas y mimosas
y solo soy capaz de seguir los primeros
puntos de tus indicaciones:
cepillarme los dientes y tocarte el pelo,
sin acertar a reponderte la tercera
y decirte que tus ojos cuando despiertan
son la línea del horizonte,
que son tempranos frutos de almendro
y que tus pupilas centellean
como las olas del mar rompiendo contra las peñas.
Qué le voy a hacer si cuando paseo por tus brazos
me encuentro con los míos unidos a los tuyos
hasta las manos en un fuerte abrazo.
Cómo decirte mimosa y exageradamente
que tus besos son como el impulsoque por el tallo verde antoja una flor.
Cómo contarte que mi deseo no se acaba y que tu lo prolongas
y que ya palpo por tus manos, miro por tus ojos y río por tu boca.
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